
La cuenta de delegados
Esta semana Hillary Clinton y Donald Trump siguieron acumulando triunfos en el camino hacia la nominación demócrata y republicana. Ambos dominaron ampliamente las primarias del martes celebradas en Connecticut, Delaware, Maryland, Pensilvania y Rhode Island; en el caso de Clinton ganó en todos los estados menos Rhode Island, por lo que llegó a la cifra de 1683 delegados contra los 1367 del Senador Bernie Sanders. Para ganar la nominación demócrata el aspirante necesita reunir 2383 representantes.
Del lado republicano el dominio de Trump fue total; venció en las cinco regiones que se disputaron el martes por lo que, al sumarle su victoria en Nueva York, ya lleva seis primarias consecutivas ganadas. El empresario neoyorquino alcanzó los 953 delegados, con lo que supera los 546 del senador de Texas Ted Cruz y en un lejano tercer lugar se encuentra John Kasich, el actual gobernador de Ohio con 153 representantes. Para conseguir la candidatura republicana los aspirantes deben reunir el apoyo de 1237 delegados.

Los asesores de Clinton predicen que, de seguir como va, conseguirá la nominación para principios de junio.
Mientras tanto Sanders ha dicho que planea despedir a cientos de personas que trabajan en su campaña y centrará sus esfuerzos en las primarias de California el próximo 7 de junio. El senador ha reafirmado que continuará en la campaña hasta la convención de este verano del partido demócrata y destacó que espera volver a contratar a su personal, si su suerte mejora.
Los expertos comentan que los despidos son una señal de que Sanders empieza a aceptar que no será el candidato demócrata y ahora busca que su partido apoye una agenda más progresista.
Republicanos contra Trump
Las victorias de Trump parecieran demostrar que los esfuerzos republicanos contra su candidatura están fallando. Como dice Michael Barbaro en un reciente análisis, el fenómeno Trump es una manifestación del viejo principio político que establece que “es mucho más difícil organizarse en contra de un candidato que hacer campaña por él”.
Según las encuestas el duro discurso conservador y religioso de Cruz no tenía muchas oportunidades en los últimos estados donde se celebraron primarias, lo que explica su derrota en Nueva York.
Sin embargo, esta semana Cruz hizo un osado anuncio: Carly Fiorina, la exejecutiva de Hewlett-Packard que también aspiró a la nominación, sería su candidata a la vicepresidencia si gana la nominación.
Cruz presentó a Fiorina en Indianápolis, y pronunció un discurso en el que calificó a Trump como un narcisista poco confiable. Ambos criticaron a los medios de comunicación por dar como un hecho que el empresario será el candidato republicano definitivo.

Cruz se convierte en el primer aspirante presidencial, desde Ronald Reagan en 1976, que elige a su candidato a vicepresidente sin haber conseguido la nominación. Reagan se asoció con Richard S. Schweiker, un senador de Pensilvania, en un intento desesperado por lograr la nominación que finalmente ganó Gerald Ford.
La aparición de Fiorina en el panorama electoral puede ser un obstáculo para Trump, que está luchando por acallar las críticas que despiertan sus ácidos comentarios sobre las mujeres, incluyendo sus afirmaciones acerca de que el único atractivo político de Clinton es ser mujer.
Con las primarias de Indiana en la mira, Clinton y Trump buscarán arrasar para aumentar su ventaja ante Sanders y Cruz, los únicos competidores que les quedan en la justa hacia la nominación definitiva.